Este domingo 9 de febrero ha marcado un antes y un después en mi idea como Runner. Es mi primera carrera de la temporada 2014, y a la que me apunté para ponerme a prueba, y ver que sensaciones tenía, además de sumar kilómetros semanales para #MiReto , del que ya hablaré más adelante en otro Post.
Volviendo a esta genial carrera...había oído que era muy bonita y a la vez bastante dura. Además que el tiempo no iba a acompañar por el frío, el viento, y lluvia.
Llegué con el tiempo justo para recoger el dorsal, colocármelo y ponerme en la línea de salida junto a casi 4000 valientes. Las 9:00, dan la salida, se puede ver en los corredores concentración, nervios, y sobre todo ganas de correr y superarse. Los primeros kilómetros ya fueron estirando la hilera formada por todos, y en las que se puede aprovechar para hacer muy buenos parciales por la cuesta abajo. Ahí aprovecho la zancada y me dejo llevar, ya que la carrera es larga y todavía queda.
Me hace gracia un detalle que no se puede pasar por alto, y es el vecino de Fuencarral que saca un altavoz por la ventana de su casa y nos pone para motivarnos la BSO de Carros de Fuego.
La carrera continúa, cuando me doy cuenta ya estoy en la Carretera de El Pardo, pasando por Somontes, Palacio de la Zarzuela, La Quinta del Arco, y llego al punto kilométrico 13 (ese tan temido, psicológicamente, como había leído en alguna revista) en 51 minutos, y pienso "oye pues qué buen ritmo llevo"...y justo...como dice mi primo..."giras la curva y ZAS! en toda la boca", 3 kilómetros de subida bastante duros y a la vez geniales, porque sientes el esfuerzo bestial que todos estábamos haciendo en ese momento, dando pasos más cortos y más rápidos para poder superarlo. Después una tregua de dos kilómetros más con llanos, falsos llanos y cuesta abajo, en los que te da el subidón por haber superado tanto kilómetro, y te vuelves a acelerar dando las zancadas como una gacela (ya un poco tocada muscularmente) hasta el Km 18...vueeeelta a subir.
Se hace duro y empiezo a oír respiraciones muy forzadas alrededor pero sin flaquear ni un segundo. La meta está más cerca. En el Km 20 ya se ven más vecinos animando.
Voy a por la última cuesta sin bajar el ritmo, de pronto veo a mi familia y me da otro subidón, me olvido de la respiración y acelero señalándoles y levantando los brazos por la ILUSIÓN que me hace sentir su GRAN APOYO (SOIS MUY GRANDES), además corren a mi lado hasta entrar en la Pista de Atletismo de Santa Ana. Voy a por los últimos 400 m. con una satisfacción enorme y muy buenas sensaciones. Entro en Meta mirando al cielo (dedicado a mis padres) y levantando los brazos en un tiempo de 1:30:48.
Muy feliz.
Carrera bonita, divertida y dura, muy dura. Y que sin duda repetiré.
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